La vida terrenal es muy importante

 Este sacrificio de D-osl le da a la vida en el mundo esa cosa tan especial, lo centelleante. Por eso también este mundo conoce el hacer “gratuitamente”, “a ciegas”; precisamente por esta chispa de lo divino que está aquí, en esta vida, aquí; y por eso también este mundo conoce la teshuvah (retorno a D-os). Sólo por eso ya D-os deja que este mundo exista, pues Nínive es una fuente que siempre alimenta a través de todos los tiempos, a este “tiempo”, porque es en Nínive que se realiza esta manifestación corporal, la forma de la letra, o sea el “guf” (3-6-80), el “cuerpo”. Este retorno del hombre de Nínive, este hacer “gratuitamente”, “a ciegas” (o sea, sin importarle que hay del otro lado), es el gran regocijo de D-os. D-os conoce lo verdaderamente dulce de esta vida, o sea, las ganas del hombre por retornar a Él. Pero el hombre no lo sabe, no sabe la diferencia entre la derecha y la izquierda, es como el ganado que está esperando al pastor para ser guiado.

Asimismo, D-os conoce también el regocijo del hombre en el hacer “gratuitamente”, “a ciegas”. Este “BeJiNaM” (2-8-50-40), este “gratuitamente” tiene el 58 como raíz, que en realidad equivale ya a la salvación. Por ello, el hombre quiere vivir aquí, pues siente que este mundo es algo muy importante, algo muy decisivo, y que solamente aquí se puede realizar el retorno, solamente aquí existe el hacer “gratuitamente”, pues en toda otra parte esta el ver, el saber, el entender de causas y consecuencias. Asimismo, en ningún otro lado la presencia de la seducción, del (lo “malo”) raáh, es tan fuerte como aquí, y a pesar de ello este mundo logra tener esa fidelidad, esa confianza. No se trata de la cantidad, lo que pesa siempre de nuevo hay individuos que lo logran; sí, que lo logran aunque estén en una situación muy difícil, porque D-os “habla” con ellos, y la respuesta de ellos Le alegra. Siempre existe esta Nínive que retorna, y siempre está la Nínive mala, huidiza, llena de robo y asalto, llena de lujuria y mentira. Pero en toda vida existe la voluntad – una voluntad en realidad incomprensible – de mantener esta vida, pues ella tiene la chispa del sacrificio de D-os, la chispa que hace que la vida sea tan preciosa. Y eso es sobre todo porque la vida sabe de la gracia y de la compasión de D-os para con Nínive, y por eso existe esa actitud positiva de la vida hacia el mundo, pues en la vida fue puesta, muy hondo, muy adentro, esta conciencia de sobrevivir. Todas estas circunstancias viven en toda la Creación, en todas las criaturas. Superficialmente se le llama la voluntad de vivir, la voluntad de la vida de mantenerse. Esta fuerza de continuar con la vida, con el desarrollo es el “raáh” (lo “malo”); y la fuerza opuesta a ella, o sea, la fuerza dirigida a finalizar la vida, la materia es el “tob” (bien). Tenemos entonces la fuerza y la contrafuerza, la acción y la reacción. Para este mundo, el misterio del bien y del mal no se dejará resolver, pues para esta vida se trata de fuerzas opuestas una a la otra; y por ello el hombre no debe tomar del árbol del conocimiento del bien y del mal, pues entonces debería pagar el precio de quedar como unilateral, con la inclinación a tomar el camino del raáh para lograr la solución del misterio del bien y del mal, clarificación que también funciona como salvación.

D-os hizo esta vida, y la hizo con sacrificio y con amor; y también por eso la ama. El sabe que significa esta voluntad de vivir, ya que sólo El puede reconocer en ella qué es lo que eso implica, pues se trata de aquello que El mismo creó con tanto amor.

Y eso es la parte árbol que hace fruto del árbol de la dualidad, a saber, el árbol que es fruto y hace fruto. Este árbol que hace fruto es tan eterno como el árbol que es fruto. Ambos constituyen una unidad y uno existe por el otro.

Por lo tanto el desarrollo también es eterno, todo lo que se manifiesta seguirá manifestándose eternamente. Repito: en términos de lo que para el hombre es la eternidad. En defensa de esto sale D-os, en defensa de este mundo que continuará eternamente, para esta vida aquí, que siempre de nuevo es conducida desde aquella fuente desconocida y luego derivada nuevamente hacia lo desconocido, tal como el kikaión (aceite de ricino) (leer Libro completo) lo demuestra también. Y en esto Jonás (el alma humana) sólo ve una continuación del sufrimiento, un sufrimiento sobre todo para la neshamáh (alma), que constantemente es puesta en esta situación; sufrimiento también para la Shejináh (Divina Presencia), que eterniza su exilio de ese modo, y sufrimiento para el Salvador, que también siempre hace su sacrificio por la existencia y la liberación de todo en este mundo. Todo esto que sufre es el concepto Israel, es el “Ivri”, el “hebreo” (hombre que se sabe perteneciente al “otro lado”), que siempre tiene que surgir aquí y ahora. Esa es la conversación de Jonás con D-os se trata de una conversación por la compasión. Jonás se compadece de lo indefenso, lo vulnerable, lo perseguido; pero D-os, además, se compadece también de la vida aquí, tal como se manifiesta, justamente porque Israel entra en el exilio. D-os ama a Israel porque ella también toma este sacrificio sobre sí, con regocijo, a pesar de la fuerte presión, a menudo insoportable.

El Libro de Jonás (fragmento)
Friedrich Weinreb (1910-1988)
Bendita sea su memoria